Los normandos o vikingos (daneses) del Garona (siempre buscan ríos navegables con ciudades importantes en sus orillas) a bordo de 70 naves y mandados por Wittingur atacan las pequeñas villas de Gijón (Asturias) (1 ago), donde son asediados por tierra y mar y al considerarla inexpugnable se retiran, Betanzos (La Coruña) y La Coruña, creyéndola una gran ciudad por lo imponente de su faro, la Torre de Hércules, cerca de la cual son derrotados por gallegos, asturianos y vascos, unidos alrededor de Ramiro I “el vencedor de los normandos”, las Rías Bajas, Lisboa (20 ago) (los musulmanes los llamarán “adoradores del fuego” y el gobernador de la ciudad, Wahb Allah ibn Hazm, sostiene tres encarnizados combates con los invasores y avisa a los valíes de las provincias marítimas y al emir, quien pide ayuda a Musa ibn Musa), Cádiz (de la que se apoderan) y, remontando el Guadalquivir con 80 barcos, la isla de Qubtil o Captel (hoy isla Menor) (de la que se apoderan) (29 set), Coria del Río (saqueada y destruida) (30 set) y Sevilla (a la que arrasan durante una semana, excepto la ciudadela, asesinando a sus habitantes, parte de los cuales huye a refugiarse en Carmona) (2 oct), para volver a Captel y de nuevo a Sevilla donde matan ancianos enfermos en la mezquita llamada desde ese momento “de los Mártires”; pero el ejército de Abd al-Rahman II, mandado por el eunuco Nasar y el general Muhammad ibn Rustum (y con la ayuda directa de Musa ibn Musa), les derrota en la llanura de Tablada (hoy barrio de Sevilla) (11 set), donde mueren 1.500 normandos y son pasados a cuchillo los 400 que se entregan prisioneros (según otros autores, hubo un grupo de supervivientes en Isla Menor, que se retiraron a Francia tras aceptar las provisiones que les ofreció el emir, y según otros autores los supervivientes se hicieron musulmanes y ganaderos, haciéndose famosos por sus quesos). Construcción de una muralla en torno a Sevilla por orden de Abd al-Rahman II y creación del sistema de vigilancia basado en puestos de centinela (rábidas) realizados por musulmanes piadosos que hacen en ellos períodos de retiro espiritual y adiestramiento militar. Por su ayuda en Tablada, el emir libera al hijo rehén de Musa ibn Musa, Lubb, al que pone al frente de su ejército contra los normandos.